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viernes, 8 de octubre de 2010

Dichosas maletas

Nos costó mucho cerrar definitivamente las maletas, y eso que llevábamos más de una semana planeándolas. Cuando compramos el billete ya habíamos pagado por facturar maletas de 20k porque veíamos que las de 15k se nos iban a quedar pequeñas, pero, aún así, el tener que meter en una maleta todo lo que vas a necesitas en 5 meses es una tarea durísima. Nos compramos un pesador de maletas para no llevarnos sorpresas en el aeropuerto y ese aparatito nos salvó la vida.

Dos días antes del viaje preparamos el equipaje de Carlos. Lo pesamos y... ¡20k exactos! No lo podíamos creer... Yo lo hubiese dejado tal cual, pero él insistió en guardar un kilo de márgen por si acaso. Nos pusimos con el mío y pesaba 16k (hay que decir que mi maleta de por sí ya era más liviana). La alegría por el trabajo bien hecho se nos acabó cuando nos dimos cuenta de que solo habíamos guardado la ropa y nos faltaban un montón de "pequeñas cosas" sin las cuales no podíamos vivir, como mi enorme neceser de cosméticos, que pesaba 5k y que finalmente tuve que dejar. Estuvimos haciendo y deshaciendo hasta poco antes del vuelo, la noche anterior a este solo dormí dos horas, nos peleamos un montón de veces, dejamos todo aquello de lo que pensamos que podríamos prescindir (aunque con todo el dolor de nuestro corazón) y cerramos finalmente las maletas.

Medio mosqueados ya por las preocupaciones de Carlos, nos fuimos al aeropuerto de Reus. Nos queda muy cerca de casa y desde allí Ryanair tiene vuelo directo a Poznan. Habíamos comprado los pasajes un mes antes por 170 €, precio final para los dos, aunque días más tarde salieron ofertas mucho mejores...

Una vez allí, nos dirigimos a facturación. Nos pesaron las maletas y cada una era de 19k (con el kilo de margen que quería Carlos ). Yo no tenía candado para la mía pero pensé que habrían puestos para embalarlas con plástico y me llevé una sorpresa al ver que no... Y así viajaron mis cosas, sin seguridad alguna. Y más tensión por si llegaba abierta, por si luego nos faltarían cosas o por si sobraría algo ilegal...

El viaje, un poco surrealista, en la próxima entrada ;)

miércoles, 11 de agosto de 2010

Odio los trámites...

Desde el lunes ya tengo pasaporte. Me desperté a las 6:00 para poder sacarlo ese mismo día porque la cita que tenía era unos días antes de irme y lo veía muy justo. Cuando me planté allí a las 7:30 había una cola inmensa de gente, más de 100 personas seguro, pero ya que había hecho el esfuerzo de madrugar tanto me quedé por si acaso, e hice bien, ya que la mayoría iban a sacarse el DNI y los números se acabaron enseguida.

Después de eso, media hora más de cola frente a la Seguridad Social para empezar a tramitar la tarjeta sanitaria europea. Allí me hicieron enfadar. Para empezar, iba llegando gente y preguntando quien era el último, pero cuando se abrieron las puertas a las 9, todo dio igual y se empezaron a colar (qué bonito y civilizado... tampoco había tanta gente, nos iban a atender a todos...). Luego el de recepción me preguntó a qué iba y le dije que para sacarme el seguro europeo, y me contesta "eso no existe..." con cara de sorprendido, y acto seguido me dice sonriendo "querrás decir la tarjeta sanitaria europea...". Pues eso, señor, ¿a que usted ya me ha entendido? No me ponga más nerviosa que ya lo estoy bastante...

Paso y me atienden enseguida, pero mal. La señora funcionaria, que acababa de sentarse en su escritorio antes de llamarme, me habla de malos modos y me dice que no hay manera de sacarme la tarjeta sanitaria si no tengo trabajo en mi destino. Le intento explicar que tiene que haber alguna manera, que en la Universidad nos recomendaron que la tuviéramos, que lo hacen todos los años para los estudiantes y que en el tríptico que acababa de coger ponía que los destinatarios son trabajadores, turistas y estudiantes. Pero nada. Me despacha rápidamente, de malos modos y tratándome de loca. No soy de contestar a la gente que no conozco, pero antes de irme le dije que debería tener un poco de paciencia a la hora de informar a la gente y que se calmara, que acababa de empezar su jornada laboral y le quedaban muchas horas y personas que atender.

Cuando salí de allí, el recepcionista "simpático" me preguntó si ya lo había hecho (como me fui tan rápido...) y le expliqué lo que había pasado, así que me contestó: "bueno, tampoco hace falta, si te pasa algo, vas al hospital, lo pagas y al volver te devuelven el dinero...". Sí, claro. Me resbalo con la nieve, me rompo la columna vertebral, voy al hospital y pago la operación con los 10.000 € que llevo siempre encima, que, total, al cabo de 10 años quizá me devuelvan la mitad...

No sé en qué acabará esto porque la Universidad dice que me lo tienen que tramitar pero ellos no quieren si no llevo contrato. La mujer no me informó mucho, así que iré otro día a ver si me atiende otro empleado y me ayuda un poco.

Aquel día acabé de un humor de perros y dando la razón a quien critica a los funcionarios, fíjate tú...

lunes, 12 de julio de 2010

Residencias

Estamos un poco preocupados porque estudiaremos en centros diferentes (yo en la Universidad Adam Mickiewicz y Carlos en la Universidad Politécnica) y por consiguiente nos proporcionan alojamiento en residencias diferentes. Ya hemos hablado con ambas universidades para ver qué podíamos hacer y nos dijeron que es lo que hay el primer mes no hay posibilidades de estar juntos y que luego deberíamos movernos nosotros.

Así que después de cuatro años de convivencia vamos a estar separados, al menos un mes, en un sitio nuevo, con gente desconocida y un idioma que no entendemos. Nuestras ventajas de tener un Erasmus juntos se van al garete.

Ya os contaremos cómo lo solucionamos, si es que podemos...